El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 97

ALDRIC

— ¡Su alteza, esta mujer comercia con el Reino Oscuro, mire a mi hermano, ni siquiera nos recuerda, de verdad tiene metido en su cabeza que es su nieto, hace todo lo que ella quiere! – la mujer se arrojó al suelo a mis pies llorando

— Me tiene chantajeada con la vida de mi hermano y mis padres, prisioneros en esa choza, como mismo quería chantajear a Valeria con eso, mire, ¡lo que lleva en su cuello!

Y se abalanzó a quitarle un relicario del cuello entre los gritos y la resistencia de la mujer que se detuvo cuando me acerqué.

— Actívalo, solo para mí – le dije tomando el colgante que la chica me pasó y agarrándola del cabello con fuerza – haces un mínimo truco y durarás menos de lo previsto.

Entonces dijo unas palabras temblorosas activando esa magia de mierd4 que me mostró la verdad en un recuerdo.

Caminé hacia el frente de esa rara criatura que nunca había visto.

No era una vampira, ni una bruja, no un espectro, nada que pareciese haber conocido, sin embargo, cuando subió la mirada con esos ojos rubíes intensos y las lágrimas de sangre llenas de sufrimiento bajaron por sus mejillas lo supe con seguridad, era mi Valeria.

Recordé la vez aquella donde discutimos, ella parecía querérmelo decir, tantas veces la tristeza y la desesperanza asomando a sus ojos, ¿cómo no pude verlo?

“No me importa si la rechazas o la odias, si tengo que luchar contigo lo haré, no me dejaré encerrar esta vez, voy a tomar el control, Aldric e iré por mi hembra, lo que sea Valeria no me interesa, ella no asesinó a nuestra familia, ella es inocente, ¡ella es mía!”

“Es nuestra Azarot, es nuestra” le respondí a mi lobo bajando la mano para acariciar el cabello oscuro intangible de la mujer que ahora estaba llorando, arrodillada frente a mí y a los restos de ese hombre que destrozó su vida y ahora, yo le había fallado también.

“Lo lamento amor, lo siento tanto por no haberte dado la confianza y la seguridad de creer en mí, dije que te protegería de todo y no fui capaz de protegerte de mis propios rencores y resentimientos. Tú eres buena, yo sé que tú eres buena, Valeria, no importa de que raza seas, yo conozco tu corazón”.

Cerré mis ojos tragándome el nudo que apretaba en mi garganta, no es hora de lamentar los errores, sino de enfrentarlo y luchar.

Abrí mis ojos decididos a la realidad.

— Dime todo lo que planificaste con el Rey Vampiro, qué te prometió a cambio y tu conexión con el Reino Oscuro

— ¡AAAHHHHHH! – un grito se escuchó en medio de la noche y luego otro más y otro más, hasta que ya no se escuchó nada.

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VALERIA

No sé cuánto tiempo había estado dormida, pero cuando volví a abrir los ojos, me encontré en una lujosa pero opresiva alcoba.

No era una celda mohosa como imaginé, pero igual era una prisionera, la cadena en mi pie atada a una anilla maciza de hierro en el suelo me lo confirmaba.

De repente la puerta se abrió sobresaltándome, un hombre con el cabello negro largo elegante entró.

— Vaya, vaya, parece que la princesita ya está despierta – me dijo riéndose con esos caninos afilados afuera y la maldad se desbordaba por esos ojos rojos asesinos.