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Florecer en Cenizas romance Capítulo 192

—Llama al doctor —ordenó Agustín, frunciendo el ceño antes de colgar la llamada.

—Agustín… deberías ir a ver cómo está —murmuró Fabiola, bajando la mirada. Ella sabía bien que Anahí lo había hecho adrede, pero no podía hacer más que ver cómo Agustín se marchaba hacia allá.

Tenía claro que, si Anahí lo llamaba para que fuera, esa noche él no iba a regresar a casa.

—Tú termina de comer, luego me acompañas y vamos juntos a ver cómo sigue —dijo Agustín, sin mostrar ninguna prisa, indicándole a Fabiola que comiera tranquila.

Fabiola lo miró sorprendida.

—¿También quieres que vaya?

Agustín parecía genuinamente despreocupado. ¿Será que, de verdad, lo suyo con Anahí no era amor?

Tanto rumor, tanto chisme… todos decían que Agustín amaba a Anahí, que había renunciado a la herencia por ella, con historias que hasta parecían telenovela, pero… ¿será que nada de eso era cierto?

Al final, uno no puede fiarse ni de lo que ve ni de lo que escucha.

—Si no quieres ir, puedes quedarte en casa y esperarme —agregó Agustín, pensando en que Fabiola podría aburrirse sola ahora que Sofía también estaba con Anahí.

—No, mejor voy —dijo Fabiola, con un destello de picardía en la mirada. Si iba con Agustín, Anahí ya no tendría pretexto para retenerlo. ¿Acaso iban a dejar también a la niñera y a la hija allá, y además obligar a Agustín a quedarse? Por agradecimiento uno puede hacer mucho, pero tampoco era para tanto.

—Mejor me apuro —comentó Fabiola, acelerando el ritmo al comer sus fideos, aunque le daba coraje tener que tragárselos tan rápido porque estaban buenísimos.

—No te apures, come tranquila. Sofía y Vanessa están allá, el hospital tiene médicos, y nosotros ni que fuéramos a hacer un milagro. Lo más que podemos hacer es esperar allá sentados —dijo Agustín con calma, llenándole el vaso con agua.

Agustín ya había avisado a Sofía que estuviera al pendiente y le llamara si algo grave sucedía. Como quien había llamado era Vanessa, eso solo podía significar que la cosa no era tan urgente.

Fabiola se quedó un momento con el tenedor en la mano, mirando varias veces a Agustín.

Lo que decía tenía sentido.

Terminó sus fideos en silencio y, toda obediente, recogió los platos para ir a lavarlos.

Agustín se le acercó por detrás, rodeándola con ambos brazos y, con una sonrisa, le quitó los platos de las manos para lavar él mismo.

Capítulo 192 1

Capítulo 192 2

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