Florecer en Cenizas romance Capítulo 242

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Sergio fulminó a Gastón con la mirada. Este chamaco todavía era muy joven, lleno de energía y creyendo que solo con su esfuerzo podía lograr lo que quisiera.

Pero qué lástima… le faltaba calle.

—¡Cállate! Esto te corresponde, la familia Lucero tiene cosas que te pertenecen, ¿por qué no las peleas? —Sergio bajó la voz, lanzando la advertencia.

—Si usted nunca se atrevió a pedirlas, ¿por qué yo sí? —Gastón desvió la mirada, molesto.

Agustín no tenía cabeza para los dramas de su familia. Dirigió la mirada hacia Vanessa.

—Ya no tienes que seguir afuera, mejor vete a casa. Esta vez Fabiola te ayudó de buena fe, pero no te voy a dar otra oportunidad de lastimarla.

Vanessa, con los ojos enrojecidos, se limpió las lágrimas y entendió que quedarse ahí solo la haría ver mal.

Se inclinó ante Fabiola y, sin decir nada más, se marchó.

—Y para que quede claro, esta casa no tiene nada que ver con la familia Lucero. Está a nombre de mi esposa, Fabiola. Si siguen intentando meterse, voy a llamar a la policía —advirtió Agustín, dirigiéndose a Sergio.

Que el viejo hubiera pedido que Sergio regresara a la familia Lucero, le calaba hondo a Agustín.

Pero al final, no podía deshacerse de ellos para siempre… No era cuestión de poder, sino de conciencia. Si lo hacía, sabía que el viejo sufriría.

Después de todo, él había sobrevivido y crecido solo gracias a ese hombre.

No tenía padres, pero el viejo se había encargado de todo, y eso no se olvida.

—¿A qué te refieres? ¿Dices que es tu esposa? Entonces también es mi nuera. Ahora que mi esposa, ni tu hermano ni yo tenemos adónde ir, ¿de verdad no puedes ni recibirnos? —Sergio reclamó, cada vez más molesto.

Agustín soltó una carcajada, sin poder creer lo descarado que se había vuelto Sergio.

—Papá… —Gastón, abochornado, tiró de Sergio para sacarlo de ahí.

El asistente de Agustín llegó en ese momento con más personas después de recibir la llamada.

—Sáquenlos. Si siguen molestando, llamen a la policía —ordenó. Luego, jaló a Fabiola hacia la sala, ignorando por completo a Sergio.

Sergio quiso gritarle insultos a Agustín, pero Gastón lo arrastró con fuerza.