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Florecer en Cenizas romance Capítulo 339

Agustín le sonrió al viejo, después dirigió la mirada hacia la puerta, por donde entraban el mayordomo y el médico.

—Cuídelo bien, ¿sí? —pidió con calma.

Sin decir más, Agustín salió de la habitación acompañado de Fabiola.

El viejo exhaló, por fin, un suspiro profundo y dejó de forcejear.

—Señor, usted debió saberlo desde hace tiempo… no todos los hijos nacen con el corazón limpio. Sergio, ese muchacho, siempre fue un caso perdido. No quiere estudiar, no quiere trabajar, y ahora… hasta intenta matar a su propio padre —murmuró el mayordomo, sacudiendo la cabeza—. Por suerte llegó el señor Agustín a tiempo, si no, ni quiero imaginar lo que habría pasado.

Al mayordomo todavía le costaba creer que Sergio hubiera llegado al extremo de intentar acabar con la vida del viejo. Todo, solo para impedir que él redactara su testamento.

El médico revisó al viejo con profesionalidad. Cuando el mayordomo quiso acompañarlo a la puerta, el anciano le sujetó la muñeca con fuerza.

—Señor… ¿quiere decir algo? —preguntó el médico, notando la tensión.

—Volver a… escribir… el testamento… —susurró el viejo, la voz tan ronca que apenas se le entendía.

Quería rehacer su testamento.

El anterior ya no servía.

El mayordomo lo miró preocupado.

—Pero, señor, con su estado de salud, ¿de verdad quiere…?

Al ver la determinación en la mirada del viejo, no le quedó de otra que soltar un largo suspiro y llamar al equipo de abogados.

El viejo siempre había tenido sus favoritismos, pero con este nuevo cambio, nadie sabía a ciencia cierta qué repartiría o a quién incluiría.

...

Afuera del hospital Costa Esmeralda.

Capítulo 339 1

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