El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 78

Resumo de 078. TODO ES CULPA DE LA MARIPOSA: El Rey Lycan y su Oscura Tentación

Resumo de 078. TODO ES CULPA DE LA MARIPOSA – El Rey Lycan y su Oscura Tentación por GoodNovel

Em 078. TODO ES CULPA DE LA MARIPOSA, um capítulo marcante do aclamado romance de Hombre-lobo El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrito por GoodNovel, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de El Rey Lycan y su Oscura Tentación.

VALERIA

Mis uñas se enterraron en los fuertes músculos de su espalda sudada y mordí su labio inferior hasta saborear la sangre.

Por dentro gemía profundamente en su mente mientras mis pétalos mojados eran abiertos y perforados lentamente por el redondo y grueso glande.

— Mmmmm – gemí lamiendo su boca, mis ojos entrecerrados se cruzaron con los suyos cargados de lujuria y necesidad.

Sus manos apretaban mis nalgas, la abrían, haciendo descender mi cuerpo suspendido en el aire hasta empalarme poco a poco en esa enorme polla erecta.

— Sssshhh estás tan apretada, joder Valeria… Aah maldici0n nena que rico, fóllate mi polla bebé, Mmmm… cabálgame como sé que mueres por hacer – me nalgueó gimiendo ronco palabras calientes en mi oído.

Mis piernas se entrecruzaron con fuerza detrás, en su espalda baja y mis muslos tensos comenzaron a subir y bajar por su cuerpo.

Mi espalda chocaba la pared y mi cintura se contorneaba deliciosamente, metiendo y sacando por completo esa dura vara que me tenía enloquecida.

Mi coño destilaba líquidos obscenos con sonidos de chapoteo, a medida que nuestros oscuros deseos se elevaban.

Me aferré a su nuca y agarré su cabello humedecido, como el fuego que me estaba quemando por dentro.

Gemí bajo contra sus labios entreabiertos y mi cuerpo lo cabalgaba vigorosamente, estando él de pie y amasando mis nalgas.

Mi vestido remangado sobre mi cintura y el escote abajo con los senos expuestos por fuera del corsé mientras el Rey bajaba la cabeza, me los chupaba con esa boca sensual y su lengua recorriendo en círculos mis sensibles pezones.

Aldric me enloquecía de lujuria y yo era la viva imagen de una doncella cachonda que se entregaba a su majestad en la alacena de la cocina.

— Ah, ah, ah, ah… — mis gemidos aumentaban en rapidez, mis caderas rebotaban, subían y bajaban, mi coño hinchado y enrojecido se tragaba y escupía ese duro y venoso miembro que me tenía viendo estrellas de colores.

De repente, con los ojos casi en blanco y la lengua afuera con expresión de intoxicada por el placer, me tragué mis gemidos al escuchar las voces y los pasos de unas doncellas que entraban a la alacena.

“Aldric, para, espera… ¡Espera maldici0n! ¡Aahhh!” – me mordí el labio inferior para no gritar como una pervertida cuando comenzó a embestirme desde abajo.

Sus dedos se hundieron en mis nalgas y ese falo me penetraba sin compasión, apuñalando mi cérvix deliciosamente una y otra vez.

No importa cuanto le supliqué, solo me miraba con esos ojos hermosos y depredadores de lycan, respirando agitado contra mis labios, gimiendo ronco en mi mente, pegando mi cuerpo por completo a la pared mientras el suyo me cubría y tomaba salvajemente.

Me aferré a sus músculos tensos, las gotas de sudor caían desde su cabello rodando por mi nariz, su torso musculoso desnudo rozando contra mis senos, mientras su sexo me llevaba a la gloria.

Luchaba entre el placer y la conciencia, la moral y la completa lujuria.

Ellas hablaban en el inicio de la despensa de que parece que algunos quesos se estaban echando a perder por el fuerte olor, si supieran de donde venía el aroma intenso.

Las voces de la cocina se filtraban y el Rey y su doncella cogían como conejos en la esquina más oscura y lejana de este almacén de víveres.

Me imaginaba la vista que ellas verían si venían hasta aquí, el salvaje y sexy cuerpo de Aldric con el pantalón atascado sobre las altas botas, su espalda bronceada sudando y sus nalgas duras contrayéndose en cada deliciosa embestida al coño de la doncella que ellas llamaban fea e indigna de las atenciones del Rey Lycan.

“Aldric espera, no aguanto, voy a venirme mi Rey, espera…”

“Córrete para mí, mi hembra… Ggrrr… llévame a la completa locura, mi mate, joder róbate mi cordura Valeria… Ssshh maldici0n me encanta tu coño mujer… eres mi perdición… Mmmm…”

El escuchar la palabra “mate” dicha de manera tan apasionada y las fuertes embestidas de sus caderas fueron el detonante.

— Abre la boca y límpiame bien, no pares hasta ponerla de nuevo dura, vamos – pasaba la punta empapada morbosamente sobre mis labios, dejando restos blancos de semen.

— Con esa boquita cachonda que tienes no vas a tener ningún problema para parármela.

Y me vi a los segundos “siendo forzada” a comerme esa delicia dura y gruesa, con sabores mezclados de ambos, adentro y afuera una y otra vez, metiéndola más y más profundo en mi garganta, con gemidos nasales y excitados.

— Por cierto bebé, hay algo que quería decirte hace un tiempo. ¿Recuerdas aquella medicina que te di en la manada de Silver Lake? Era la cura para la mariposa Aurum, todo este tiempo, has estado curada del hechizo.

No sé si alguien se ha muerto por ahogarse de la impresión con una polla metida hasta lo último de su boca, creo que podría ser la primera persona en estirar la pata de una manera tan ridícula.

*****

Dormí exhausta esa noche en la cama del Rey, abrazada a su cuerpo y cubierta por su calor, preocupada, pensando en qué me interrogaría para saber entonces la verdad sobre aquella nota que era para el guardián Quinn.

Sin el hechizo sexual, era obvio que yo le mentí y eso me tenía algo nerviosa, aunque también podía jugar la carta del enojo porque él también me engañó y seguro se rio de lo lindo de mis “excusas” para sabroseármelo.

Ninguna de mis preparaciones mentales hicieron falta, al otro día Aldric se tuvo que ir con urgencia a las fronteras del Reino, los vampiros estaban haciendo de las suyas.

Me quedé al fin sin él acosándome como un esposo celoso y encontramos la oportunidad de buscar juntos Celine, Quinn y yo, el Altar a la Diosa en el Bosque escalofriante que rodeaba a Golden Moon.

Ya esto lo hacía por algo personal, necesitaba saber qué rayos era yo.

Me asustaba de mí misma y de lo que podía hacer en el futuro al perder el control, ¿seré algo peligroso, dañaría algún día a un inocente?

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Rey Lycan y su Oscura Tentación