Resumo de 082. ALIANZA VERDADERA – Capítulo essencial de El Rey Lycan y su Oscura Tentación por GoodNovel
O capítulo 082. ALIANZA VERDADERA é um dos momentos mais intensos da obra El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrita por GoodNovel. Com elementos marcantes do gênero Hombre-lobo, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
QUINN
Ella todavía se veía como una deidad, ahora que estaba “dormida” me acerqué con curiosidad e incluso toqué un poco sus alas y de los punzones afilados en las puntas rezumaba un líquido oscuro pegajoso.
“Valeria… es increíble, no cabe duda, debe ser una descendiente de Juno y sospecho que la hija de la Reina Gabrielle, lo cual me lleva a pensar que Gabrielle también es una descendiente de esa poderosa mujer Juno” murmuro analizando las cosas.
“¿Cómo puede ser posible Quinn? Ha pasado mucho tiempo desde que esa Reina murió y fue sustituida por el idiota del Rey Vampiro. Valeria, parece joven…”
“Parece, ya lo dijiste, ¿acaso dudas de algo viendo lo que acaba de pasar? Cinco espectros Celine, no son lo mismo que vampiros, son mucho más poderosos y Valeria se los ha tragado como caramelos” – le digo y nos quedamos callados por unos segundos con todos los pelos del cuerpo erizados.
“Vamos, creo que el peligro mayor ha pasado”
“¿En serio? Parece que no has mirado bien este viejo puente” Celine se ha acercado al borde del puente suspendido que nos lleva a esas ruinas rodeadas de neblina.
“Traeré la bolsa para cambiarnos” me alejo y recojo la pequeña bolsa de cuero que llevaba atada a la cintura de mi lycan y solté durante la pelea.
Nos convertimos en nuestras formas humanas, porque era obvio que ese puente no aguantaría mucho peso y cargando a Valeria desmayada a mi espalda intentamos pasar lo que esperaba fuese el último obstáculo.
“Voy de primera que soy más ligera”
“Ten cuidado” la veo avanzar, primero el puente es de piedras desgastadas y llenas de moho resbaloso, pero al menos se siente más sólido, solo que luego vinieron unas tablitas podridas que no daban nada de seguridad.
“Bueno, no veo el fondo por tanta niebla, apuesto que no será una caída agradable” Celine saca su sarcasmo mientras avanza un paso a la vez.
Las viejas lianas que nos sirven para agarrarnos, traquean peligrosamente.
“Celine, mejor apuramos el paso” le digo al sentir demasiado temblor en el puente, parece que la brisa está aumentando y algunas de las cuerdas se han zafado.
Vamos por la mitad del camino. Avanzamos sin parar, casi a ciegas, porque la niebla era muy espesa, no se veía la otra orilla, ni siquiera veía bien la espalda de mi hermana y eso me estaba poniendo nervioso.
— ¡Aaahh!— gritó de repente
— ¡¿Qué pasó, que pasó, Celine, Celine?! ¡Maldici0n! – comencé a correr a pesar del peligro, el pie casi se me queda atascado en una tabla que cedió y se rompió a la mitad.
De repente pasé de la madera a la fría y sólida piedra.
— ¡¿Qué te sucedió?! – me acerco enseguida buscando peligro a nuestro alrededor.
— Lo siento, solo quería añadirle más dramatismo al momento – me dice elevando los hombros, mirándome desde la seguridad de los bajos de las ruinas.
— ¡Me cago en todo! ¡¿Cómo me haces ese tipo de bromas en medio de esta situación?!
— ¡Valeria eres increíble! Hiciste así y así, fuas… — Celine enseguida recuperó su vitalidad luego de alimentarse.
Comenzó a hacer una escena de todo lo que había hecho y solo sonreí por las estrellitas en sus ojos llenos de admiración.
No podía mentir, para una vez, era muy agradable ser la heroína y no la damisela en peligro.
Después de una breve pausa, decidimos avanzar hasta el final.
Caminamos por un sendero de piedra rodeado de setos marchitos, el olor a descomposición y podredumbre de las plantas asfixiaba nuestro olfato.
Pronto estuvimos frente a unas anchas escaleras con algunas piedras faltantes y en lo alto nos esperaba una robusta y vieja puerta de madera cerrada.
Subimos y nos preparamos para empujarla y entrar al castillo sacado de nuestras peores pesadillas.
— Bueno, chicos, crucemos los dedos para encontrarnos al fin el dichoso altar sin más sorpresas – Celine dijo y todos asentimos.
Colocamos nuestras manos sobre la carcomida madera mientras empujábamos con fuerza.
El chirrido espeluznante de las bisagras oxidadas resonó en la noche, invitándonos a pasar o a escapar.
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