El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 91

VALERIA

— No es necesario, yo me limpio sola… — agarré su mano con fuerza cuando intentó tocarme.

— Insisto, su majestad, creo que es conveniente que me deje ayudarla – me dice entre dientes amenazadoramente retirando la mano de golpe.

— ¿Sucede algo? – Celine se acerca a nosotros, supongo que al percibir la tensión.

— No, tranquila, iré a lavarme esta mancha, regreso enseguida – le digo intentando sacar una sonrisa.

— Valeria, no te alejes ni salgas a ningún sitio sin nosotros – Quinn me advierte y les digo que solo voy al baño.

Sigo la espalda de Anaís, no sé qué pretende, pero estaba segura de que no se quedaría de brazos cruzados.

El baño está cerca y no hay peligro en la casa rodeada de vigilantes.

— Entra – me dice bruscamente abriendo la puerta del pequeño baño y señalándome adentro.

— No me parece Anaís, aquí estamos solas, dime de una vez que deseas, no voy a entrar a ningún baño contigo – le digo parándome en el pasillo con altitud altanera, al igual que está ella.

— Je, ya veo que de verdad te has metido en el papel de Reina, he escuchado que su majestad les ha prometido ese puesto a varias y luego se termina hartando – me mira de arriba abajo, destila bilis en cada palabra.

— Si me trajiste aquí para hablar idioteces, entonces pierdes tu tiempo… — y me giro para marcharme, pero ella toma con fuerza mi brazo hundiéndome las garras y empujándome al interior del cuarto de baño.

— Suéltame maldit4… — jaloneo para liberarme, pegada al lavabo, y girándome para enfrentarla.

— Escúchame muy bien Valeria, no creas que te he perdonado el que hayas asesinado a mi hijo – la puerta se cierra detrás de su espalda, su mirada viciosa está cargada de odio – por mucho tiempo no creí lo que me dijo Sofía, pensé que había alucinado, que quizás incluso se había colado una criatura del Reino Oscuro y claro que lo hizo, eras tú misma ¿cómo nos pudiste engañar a todos?

Me señala y me quedo callada, quiero ver a donde llega esto.

— ¿Sabes? Es sorprendente la cantidad de cosas que los hechiceros pueden hacer, incluso sacar los recuerdos de un cadáver y almacenarlos, ¿no te parece increíble?

Me dice y mi corazón late deprisa al imaginarme lo que ha hecho.

— Aahh, esa es justo la expresión de la vieja e infeliz Valeria, esos ojos temerosos me gustan más.

Dorian cayó de rodillas con los últimos suspiros, mientras la sangre le salía a borbotones de la boca y su cuerpo mutilado.

Lo miré con esos ojos rojos rubíes llenos de odio y le cercené la cabeza con las enormes y afiladas garras.

Me acerqué paso a paso, con miedo, todo mi cuerpo temblaba de terror mientras me llevaba la mano a la boca aterrada y sorprendida, me paré delante de mi propio recuerdo, la primera vez que me había transformado y entonces, esa mujer en la que me convertía, levanto la cabeza de repente.

Parecía que me estaba mirando, pero en realidad miraba a la nada, de sus ojos atormentados, bajaban lágrimas de sangre llenas de dolor.

Cayó al suelo con los despojos de ese hombre por todos lados, ahí fue donde recuperé la consciencia un poco después.

Una voz habló a mi lado.

— Acabaste con la vida de mi hijo, yo misma le metí la calamidad en su cama, así que me debes Valeria – era Anaís y después desapareció el recuerdo para volver a ese cuarto de baño.

— O cumples mis demandas o le muestro todo esto al Rey, hay más copias y no me amenaces con que es hechicería, te puedo asegurar que después de que te vea, me va hasta agradecer de haberle quitado la venda de los ojos.

Me abalancé de repente hacia ella violentamente y la agarré del cuello estrellándola contra la puerta, se sorprendió porque pensaba que tenía la sartén por el mango, no se imaginaba lo equivocada que estaba.