Entrar Via

30 Días Antes del Divorcio: ¡Estoy Embarazada! romance Capítulo 2

JULIA RODRÍGUEZ

Su aliento cálido chocó con mi boca y entonces me besó. No fue un beso salvaje o desesperado, fue una invasión, fue una mezcla de dominación y deseo. Quería borrar cada palabra que yo había dicho minutos antes con ese gesto.

—Por favor, espera… —supliqué apenas con voz audible en el momento que su boca se apoderó de mi cuello y sus manos comenzaron a recorrerme con urgencia, pero solo pude sentir su risa burlona contra mi piel, y mi cuerpo traidor ya no pudo seguir conteniéndose, respondió con el mismo anhelo reprimido que siempre me había torturado.

Lo deseaba… con rabia, con dolor… con amor.

Me alzó sin esfuerzo y me colocó sobre su escritorio después de que tiró todos sus papeles al piso, incluyendo la solicitud de divorcio. Debería haberlo detenido. Debería haberle dicho que no, pero mis labios eran débiles, así como el resto de mi cuerpo... y yo lo amaba. A pesar de todo. A pesar de que me rompía un poco más cada vez que me tocaba sin mirarme realmente.

Deslizó su mano por debajo de mi falda y me arrancó las bragas, para tomarme las veces que quisiera, sometiéndome contra el escritorio. Deleitándose con mi piel, mordiéndola a placer mientras hacía arder mi cuerpo.

Pasé de un patético intento por resistirme, a aferrarme a él mientras susurraba su nombre, suplicando. Correspondiendo la intensidad de sus besos con desesperación. No quería que esto acabara, pues estos eran los únicos momentos en los que sentía que existía para él.

Después, cuando nuestros cuerpos quedaron exhaustos y mi piel temblaba bajo su mirada, acarició suavemente mi muslo, orgulloso de esa marca amoratada que había dejado con su boca. Ambos sabíamos lo que significaba. Era un símbolo que no me gustaba y al mismo tiempo me hacía sentir que tenía algún valor para él. Era un: «me perteneces» que no era romántico, solo posesivo. Como quien pone sus iniciales en cualquier cosa para dejarlo claro a los demás. Porque eso era para él, un objeto, algo con qué divertirse.

De pronto se inclinó sobre mí y, cuando pensé que me besaría esta vez con ternura, solo susurró con una sonrisa arrogante:

—¿Lo ves? No puedes vivir sin mí.

Sus palabras fueron una daga que me partió en dos. Se alejó para abrocharse los pantalones y fajarse la camisa, mientras su mirada seguía siendo de orgullo y soberbia, como si me hubiera demostrado un punto.

—Deja de hacerme perder el tiempo con documentos que no tienen nada que ver con la empresa y ponte a revisar los avances con el nuevo proyecto, necesito un reporte completo antes de que termine el día —soltó como si lo que habíamos hecho sobre el escritorio jamás hubiera pasado, como si mis deseos por terminar con el matrimonio solo fuera un capricho infantil que con algo de sexo se me pudiera olvidar.

Después de hacerme arder en sus brazos, me congelaba con sus palabras y su actitud tan desinteresada me hacía sentir vacía, rota… usada.

—¿Me escuchaste? —preguntó en cuanto notó que me quedé estática y con la mirada perdida. Me tomó del brazo, jalándome hacia él, haciendo que mi cuerpo chocara con el suyo, envolviéndome con firmeza entre sus brazos—. ¿Qué pasa? ¿Te cansaste tan pronto o es que necesitas más?

Capítulo 2: Me perteneces 1

Capítulo 2: Me perteneces 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: 30 Días Antes del Divorcio: ¡Estoy Embarazada!