El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 19

Resumo de 019. ALTAR DE LA DIOSA: El Rey Lycan y su Oscura Tentación

Resumo de 019. ALTAR DE LA DIOSA – Capítulo essencial de El Rey Lycan y su Oscura Tentación por GoodNovel

O capítulo 019. ALTAR DE LA DIOSA é um dos momentos mais intensos da obra El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrita por GoodNovel. Com elementos marcantes do gênero Hombre-lobo, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

VALERIA

Miro al lado para ver a la hija del Alfa que ha salido también al exterior.

— Bueno, su majestad se toma muy en serio el cuidar de su manada – respondo en modo sirvienta fiel y diplomática.

Ella comienza a hablarme relajada, joven al fin, sin muchas preocupaciones.

Me cuenta entusiasmada de una feria nocturna que hacen en el centro del pueblo, donde venden sus especialidades locales.

El hecho de que no me mire raro o no me trate diferente por mis cicatrices, hace que le dé un punto a su favor.

— Parece que hay muchas cosas interesantes, me gustaría ir, pero yo no puedo moverme de al lado de su alteza, lo lamento…

— Ve con ella si quieres – la voz de Aldric se escucha a mi espalda.

— Voy a demorarme un poco aquí y puedes distraerte en el centro de la plaza, no te alejes mucho, me uno a ustedes pronto.

Me giro para verlo rebuscando en su bolsillo y ya me imagino lo que hará a continuación.

— Gracias, señor – agradezco con rapidez, casi halando a la chica para escaparme.

— Espera Valeria – me toma del brazo sin dejarme ir y me obliga a enfrentarlo.

— Toma dinero, compra lo que desees, no importa si se gasta, traje más – hace por poner la pesada bolsita en mi mano, pero la retraigo y la pego a mi cuerpo.

— Tengo mi propio dinero, su majestad, mi salario, pagaré mis cosas privadas. Si quiere algo para usted…

— No, es para ti, compra vestidos, maquillaje, no sé, lo que te guste – insiste y se acerca un paso, con el dinero en la mano extendida.

— No es necesario Rey Lycan, ya cobré este mes por mis servicios de doncella – me niego rotundamente, despreciándolo.

Antes de que reaccione, me marcho dejándolo de pie en el porche.

Su mirada fija quema mi espalda, pero la estiro con orgullo.

“Soy solo su sirvienta Rey Aldric, no me siga confundiendo con acciones ambiguas”

Agrego contestona en mi interior.

“¿Será que con tanta rebeldía, llegaré al día de mañana con la cabeza en su sitio?”

Me pregunté medio en broma, sin imaginarme la noche tormentosa que me esperaba y los peligros que tendría que atravesar.

*****

— ¡Mira Valeria, qué lindas pulseras! - Adele me llevaba a rastras por todos los puestecitos al borde de la plaza.

Al fin pude percibir algo de vida en esta manada media mustia.

Farolillos de luces adornaban sobre nuestras cabezas iluminando la noche.

Me entretuve observando unas cremas medicinales, no perdía la esperanza de encontrar un milagro que ayudase a acelerar mi curación.

Cuando me giré, Adele no se encontraba por ningún sitio.

Caminé buscándola y casi al final de la plaza la vi a lo lejos, hablando en un callejón oscuro con lo que parecía un hombre.

Era tan místico, se sentía el poder emanado de ella y un olor intenso y adictivo, que no supe identificar.

Memorias de haber visto una construcción parecida, querían irrumpir en mi mente.

Creo que fue de este monumento, donde se robaron unas piezas.

El cuervo se posa sobre la Luna de piedra y me acerco subiendo unos desgastados escalones.

Algunos farolillos decadentes alumbran los alrededores.

Estiro mi mano, despejo las enredaderas y el musgo para revelar algo misterioso debajo.

Entonces puedo verlos bien, lo que parecen solo adornos, en realidad son letras, hay un grabado a relieve.

Todo cobra sentido a mis ojos, el contenido es confuso y acerco más mi cara, quiero saber el final, qué sucede después…

— ¡¿Puedes leer lo que hay ahí?! - una voz entusiasmada pregunta a mi espalda, sobresaltándome.

Es Adele, que ha aparecido de la nada y me mira con ojos dudosos y expectantes, demasiado interesada en si conozco esas extrañas escrituras.

¿Ella no las puede leer también?

El cuervo grazna alzando el vuelo y algo en todo esta situación no me gusta.

— No sé a qué te refieres, ahí solo veo unos adornos raros - miento, porque mi instinto me dice, que de eso depende mi supervivencia.

Ahora solo hace falta, que ella se lo crea.

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