El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 22

VALERIA

«Al jefe esto no le va a gustar nada»

«¡¿Qué querías que hiciera, que recogiera el cadáver ese asqueroso, o quedarnos a esperar al espectro?!»

«Sí que tiene suerte esta chica, tiene la cara tan dañada que ni el espectro la quiso»

Escuchaba la conversación de lo que parecían dos hombres.

Todo mi cuerpo se sentía agotado, como si hubiese hecho un esfuerzo sobrehumano, estaba confundida, no recordaba muy bien qué había sucedido.

Adele intentó engañarme, luchamos, apareció esa cosa y luego… ¿Qué?

Acostada sobre la espalda de uno de mis captores, era conducida a un sitio desconocido.

A pesar de estar despierta, me hice la dormida para escuchar sus retazos de conversación.

— ¡Súbela en la barca! – me arrojaron de repente a una vieja embarcación.

Entendí que cada vez me alejaba más del Rey, así que intenté luchar como pude.

— ¿Ya despertaste? ¡Aahh, maldit4 mujer!

— ¡¿Qué sucede?!

— ¡Me ha mordido! ¡Ahora verás lo que te va a costar!

Lo último que vi fue un puño directo a mi cara.

*****

La próxima vez que reaccioné, estaba sentada dentro de una fría celda, con las manos atadas a la espalda y encadenada a la pared de piedra.

Con un ojo inflamado miré a mi alrededor, las nauseas y ganas de vomitar hacían un nudo en mi garganta.

El olor a moho y descomposición no ayudaban con mis mareos.

Otras sombras, igual se encontraban acurrucadas en los rincones y me percaté que eran también mujeres jóvenes, todas temblorosas, sollozando, con miedo.

¿En qué me había metido ahora y dónde estaba exactamente?

Pronto vinieron a por mí.

Escuché pasos por el oscuro pasillo delante de la enorme celda que fue abierta y dos hombres me tomaron de los brazos y me sacaron a rastras.

No importaba mi débil resistencia o súplicas, fui llevada subiendo una escalera, por los pasillos, hacia una puerta y al abrirla, era una oficina.

¡BAM!

Caí arrojada al suelo, me golpeé la frente y siseé de dolor.

Si tenían una manera de demostrar que yo sabía leer esas letras, no importa cuanto me mantuviese callada, me descubrirían.

Al cabo de unos minutos, uno de sus hombres entró por la puerta con una caja negra misteriosa y la colocó sobre la mesa, en cuanto fue abierta, sentí el tirón en mi corazón.

“Ven a mí, hija mía, ven a mí” me llamaba susurrando en mi mente.

Levanté un poco la mirada para verlo sacar con reverencia y unos guantes puestos, el fragmento de una piedra oscura, sin embargo, había puntos luminosos metidos entre las grietas, como si llevara estrellas atrapadas en el interior.

Era evidente que eso me estaba afectando y más cuando tomaron mi mano y la llevaron hacia ella, centímetro a centímetro acercándose a mis dedos.

Iban a descubrir mis rarezas, pero entonces recordé la sensación de cuando me quería ocultar en la oscuridad de la noche.

Pasar desapercibida, que ni siquiera los hombres lobos con su fino olfato me podían detectar.

Deseé con vehemencia esconderme, proteger las cosas extrañas, mis secretos desconocidos y la “llamada” desde la piedra oscura, cesó.

— ¡Aahhh! – grité con dolor al tocarla y sentir cómo se quemaba mi piel.

Quise separar la mano, pero me obligaban a la fuerza a seguirla sosteniendo.

— ¡Maldici0n! – al fin me liberaron y retiré mi brazo tembloroso para pegarlo a mi pecho.

Las lágrimas caían por mis mejillas.