El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 23

VALERIA

Dolía, dolía demasiado como si hubiese metido los dedos dentro de un horno encendido y la verdad, es que se veían justo así mismo, sangrando y quemados.

— No es ella, esa chica idiota se equivocó de nuevo ¡No debimos confiar en que lo haría bien! – el vampiro rugió con molestia pateando una silla, luego se calmó de su desliz y guardó la piedra en su caja.

— Ya no nos podemos quedar aquí, el Rey Lycan estaba husmeando en esa manada y es solo cuestión de tiempo que nos descubra – declaró

— No tenemos claro de donde salió esta mujer, se ve insignificante. La hija del Alfa murió sin explicar mucho. El espectro apareció, atraído por la sangre especial.

Respiré un poco aliviada al escuchar que no sabían que yo era la doncella personal de Aldric, sino, cero oportunidades de vivir.

¿Qué era la “sangre especial” de la que hablaban? No tenía ni idea.

— ¿La matamos?

— No, cúrenle la mano y sácale algo de dinero. Véndela en la subasta con las otras – estaban decidiendo qué hacer conmigo.

Ni siquiera me resistí cuando me sacaron a rastras.

— ¿Y qué hacemos con la otra hija del Alfa, esa que tenemos de rehén?

— Mátala, sabe demasiado – escuché antes de que se cerrara la puerta.

Me llevaron de nuevo dando tumbos hacia la prisión y ahí me encadenaron, la mano me palpitaba de dolor, ¡todo me dolía horrores!

Ya sabía mi próximo destino. Iba a ser subastada como una esclava.

Con mi rostro lleno de cicatrices, probablemente me utilizaran de criada doméstica más que sexual, pero degenerados siempre había.

“Mientras estuviera viva, había esperanza” Pensé positivo, en el fondo de mi corazón deseaba que Aldric me viniese a rescatar.

Miré a través de los barrotes la silueta de una mujer con un vestido blanco, que de repente habló con dos guardias parados distantes y la dejaron entrar a la celda compartida.

Caminó hacia mí y el odio se podía sentir saliendo de su cuerpo.

— ¿Así que por tu culpa mi hermanita pequeña murió?, ¿no? – me susurró entre dientes con rabia.

Por sus facciones entre las sombras, lo supe, parece que era la hermana de Adele, la otra hija del Alfa, a pesar de que nos engañó, diciendo que solo tenía una.

Estaba de espaldas a todos, en mi oscuro rincón nadie la escuchaba o veía sus acciones, solo yo.

— No sé de qué me hablas. Adele fue atacada por un espectro – la miré fijamente y después siseé de dolor cuando tomó mi mano quemada y la apretó con saña.

Varias lágrimas fisiológicas cayeron de mis ojos.

— Seguro corriste y la usaste de carnada, me vengaré por mi hermana, haré que sufras cada día de tu asquerosa vida, viviendo como una puta barata.

Destiló su veneno sobre mi rostro y la vi sacarse un compacto de entre los senos.

Vi su espalda en retirada luego de hacer su maldad y recordé el hecho de que ella moriría muy pronto.

Ni siquiera tenía fuerzas para gritar.

Si antes me encontraba débil, ahora, además, sentía un calor insoportable moverse desde mis senos y bajar por mi vientre hasta mi intimidad.

Moví mis muslos uno contra otro con incomodidad, para aliviar el deseo creciente.

Me estaba excitando así, sin razón.

Era solo el comienzo, pero luego, las cosas se pondrían mucho peor.

— ¡Sáquenlas a todas, muévanlas rápido a los carruajes, nos vamos a la subasta! - una orden se escuchó desde afuera de los barrotes de mi prisión.

*****

ALDRIC

— ¿Quieres decir que hiciste tratos con los vampiros justo en mi cara?

Volví a preguntarle entre dientes a este hombre, porque definitivamente, debí haber escuchado mal todo lo que me confesó o él había enloquecido.

— ¡Tenían a nuestra hija mayor de rehén y la vida de la pequeña también amenazada! – me gritó arrodillado en el suelo