Resumo de 027. CHOCOLATE AMARGO – Uma virada em El Rey Lycan y su Oscura Tentación de GoodNovel
027. CHOCOLATE AMARGO mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrito por GoodNovel. Com traços marcantes da literatura Hombre-lobo, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
ALDRIC
Dice mi nombre en un susurro, arrastrando esa rosada lengua que ahora acaricia su labio superior.
Es la primera vez que me nombra y se siente como un maldito orgasmo escucharla.
Se pega a mi pecho, su cuerpo contra el mío casi desnudos, su piel fresca y a la vez caliente.
Olfatea mi pecho, acariciándome con sus manos, bajando la boca hasta mis tetillas para lamerlas.
Mi polla se estremece contra su vientre.
— Valeria… Nmm...
Gimo aguantándome para no tomar el control, si pierdo la cordura ahora, voy a hacerle daño, está muy herida, pero sus caricias, sus besos, su delicioso olor, todo me está enloqueciendo.
Agarra una de mis manos y me hace colarla por detrás de su vestido, entre sus nalgas desnudas, sin braga, la invitación es clara y yo no soy de piedra.
Bajo mis dos manos, subiendo la tela hasta su cintura, apretando con ganas sus carnosas nalgas, siseando de placer por cumplir mis fantasías.
Me separo un segundo y arranco las maldit4s hojas quedándome desnudo, necesito más estimulación.
— Sshhh ahora está mejor… Mmmm…
La pego con fuerza contra mi enorme polla enrojecida y me inclino sobre su cuerpo más pequeño, meneándome lento y delicioso, buscando fricción con la áspera tela mojada de su vestido.
Mi boca va a lamer los puntos sensibles en su oreja, chupando y mordisqueando su cuello.
Mis caninos de Lycan picando por salir y marcar su piel.
Separo sus nalgas y mis dedos exploran bajando por la estrecha raja hasta su apretado culo y se empapan enseguida con la humedad de su coño.
— Mmmm aaah… — Valeria gime presa del deseo, todo su cuerpo tiembla de anticipación.
Acaricio su vulva adelante y atrás, esparciendo sus fluidos, jugando con su hinchado clítoris, pellizcándolo, torturándolo.
— Mmmm… adentro su majestad, te quiero dentro de mi coño…
Enreda sus manos detrás de mi cuello y sube su cabeza para suplicarme con los ojos cargados de lujuria, de esa manera tan cruda y sexy.
Algo llamado prudencia se esfuma de mi mente.
Bajé la cabeza y asalté los labios entreabiertos que moría por comerme desde aquel día en la posada.
Los chupé y metí mi lengua para saborearla, para beber de ese chocolate amargo que me tenía las bolas tiesas.
Valeria me devolvió el beso con la misma intensidad, con la misma hambre, gimiendo en mi boca cuando mi dedo del medio violó al fin su vagina en llamas, desbordando fluidos que salpicaban en mis nudillos cada vez que la penetraba, fuerte, rápido, cogiéndomela ya con dos dedos.
— Ah, ah, ah, ¡más rápido mi Rey, más rápido …!
En siglos no había estado tan excitado como para que esto sucediera.
Me la empecé a menear duro, haciendo rosca en el sensible glande, estrangulándola en mi puño, pajeándome bien caliente, loco por dejar salir esta oscura lujuria que me consumía.
Subí mis ojos bestiales en rojo y guardé en mis retinas como lucía mi amada doncella en medio de un orgasmo.
Los ojos cerrados, las pestañas temblando, gimiendo como si fuera la cortesana más experimentada del reino.
Sus manos aferradas a la corteza del árbol a su espalda, el cuello expuesto y las gotas de sudor bajaban por la delicada clavícula hasta sus generosos senos casi afuera del maltrecho vestido.
Aceleré mi mano arriba y abajo, resoplando y respirando pesado, dándole las últimas lamidas a ese dulce de chocolate que me quería comer de nuevo y a penas lo había terminado de saborear.
La familiar sensación placentera bajaba por mis vértebras hasta mis testículos recogidos, duros, listos para derramar su carga.
— Valeria… — gemí sobre su vientre, besando todas y cada una de esas horribles cicatrices que tenía.
Queriendo borrar tanto sufrimiento.
— Nnmm Gggrrr – mis caninos seguían creciendo y el pelaje del Lycan me comenzaba a cubrir la espalda.
Estaba perdiendo el control, al borde, resistiendo el cambio, pero Valeria, terminó de empujarme y sacar mi lado más primitivo.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: El Rey Lycan y su Oscura Tentación