El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 29

Resumo de 029. UN ACUERDO PELIGROSO: El Rey Lycan y su Oscura Tentación

Resumo de 029. UN ACUERDO PELIGROSO – Capítulo essencial de El Rey Lycan y su Oscura Tentación por GoodNovel

O capítulo 029. UN ACUERDO PELIGROSO é um dos momentos mais intensos da obra El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrita por GoodNovel. Com elementos marcantes do gênero Hombre-lobo, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

VALERIA

Mi cerebro se conectó con la realidad y me dijo que estaba acostada de lado sobre una cama.

No encadenada, no apresada, ni atada y definitivamente, muy viva.

Sentía una vitalidad increíble en mi interior, sanando y reparando mis heridas.

Abrí medio confusa mis ojos, para dar con una vieja pared de madera.

Conozco este papel tapiz, es de la posada donde nos estábamos quedando, en esa… ¡manada de donde me secuestraron para llevarme a unos vampiros que me vendieron como esclava y luego… luego el Rey Lycan me rescató!

Hasta ahí todo era terrorífico, pero lo podía manejar, sin embargo, los recuerdos de todas las cosas sexuales que hice luego con el Rey Aldric, ¡eran imposible de soportar!

Frases como “… necesito que me toques más, Aldric…” “… lo quiero probar como hiciste con el mío y etc.” hicieron corto circuito en mi mente.

— Uuuuhhhh – agarré la almohada y grité frustrada contra ella, hundiendo mi rostro lleno de vergüenza.

¿El Rey me habrá dejado tirada aquí en la posada?

Lo más probable y lo mejor, porque no creo que pueda ser capaz jamás de enfrentar su rostro después de lo que hice.

— ¿Ya terminaste de ahogarte contra la almohada? – su voz resuena baja a mi espalda y me quedo petrificada.

La manía que tiene este hombre de acechar en silencio me va a matar del corazón un día de estos.

— Valeria, gírate hacia mí – me ordena y pienso en la posibilidad de hacerme la muerta.

Muertecita por indecente y puta. Que buen final para mi vida de catástrofes.

Al final tengo que girarme lentamente, con la mirada abajo y las mejillas encendidas, es imposible fingir que no me acuerdo de nada.

Menos cuando mis ojos chocan con su entrepierna, está sentado en una silla al lado de la cama con un pantalón oscuro y las piernas abiertas.

Por la Diosa, recuerdo claramente el palpitar de esa cosa monstruosa dentro de mi boca, lo caliente y deliciosa que estaba…

— No hagas eso, Valeria, tu olor, es muy tentativo… — se inclina hacia delante y levanto los ojos para tener los suyos grises entrecerrados a solo centímetros de mi cara.

Ese rostro tan masculino, tan sexy, estuvo enterrado entre mis piernas, dándome un placer que solo había soñado con tener en el pasado.

Dorian nunca me había amado de esa manera tan pasional.

Trago en seco y reacciono por un momento, echándome enseguida hacia atrás, más pegada a la pared, abrazando la almohada a modo de protección.

Como si no hubiese sido yo quien casi viola al Rey. Él es quien necesita un escudo.

— Gracias a su majestad por buscarme y rescatarme – organizo mis ideas y le hablo lo más segura que puedo

— Yo… me disculpo con usted, estoy muy avergonzada. Entiendo si quiere que no regrese al castillo y me vaya…

— NO – me responde tajante – Mírame Valeria, ¡mírame, no me hagas repetirme!

Me ordena y lo enfrento, apretando la almohada con mis puños.

— No te vas a ningún maldito lugar lejos de mí. Lo que hiciste fue inducido por un hechizo sexual prohibido, se lo aplican a las esclavas para que se exciten con sus amos – me explica sorprendiéndome.

— Esa mujer, la hermana de Adele, ella me metió algo en el pecho, como un bicho negro raro – recuerdo ese momento.

Esa desgraciada me hizo algo tan cruel.

Mi mente pensando como loca en toda esta locura.

— No lo haré, mientras dure este trato no me acostaré con otras mujeres y tú tampoco con otros machos – me responde sin dudarlo.

¿Por qué hace esto con una doncella rota y fea?

Esta vez no rehúyo su mirada, busco alguna trampa, algo oculto.

Él sostiene mi escrutinio, sin barreras me muestra sus intenciones, sus deseos.

¿Qué puedo perder con probar?

Experimentar al fin lo que es tener a un hombre apasionado dentro de mi cuerpo, haciéndome sentir deseada.

¿Qué pasa si otros lo descubren y piensan que solo soy el nuevo juguete del Rey Aldric?

En realidad no me importa lo que otros piensen o digan, es mi vida y cuando la viví reprimida y fingiendo ser perfecta, tampoco me sirvió de nada.

Solo sería un tiempo y luego volveríamos a la normalidad como adultos, amantes de turno, sin consecuencias, ni nada que perder.

— Bien, acepto el trato su majestad. Lo estaré molestando para que me… ayude.

— Puedes molestarme todas las veces que desees, a cualquier hora o lugar, nunca diré que no – me responde en un susurro ronco, observando mis labios.

Siento mi pecho revolotear y mi vientre calentarse, debe ser por culpa de ese maldit0 hechizo.

Pensé que solo estaba apostando por momentos intensos y pasajeros, cuando en realidad, lo que ofrecí en la apuesta, fue mi propio corazón.

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