Resumo do capítulo 035. ENTRENAMIENTO DE LYCANS do livro El Rey Lycan y su Oscura Tentación de GoodNovel
Descubra os acontecimentos mais importantes de 035. ENTRENAMIENTO DE LYCANS, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance El Rey Lycan y su Oscura Tentación. Com a escrita envolvente de GoodNovel, esta obra-prima do gênero Hombre-lobo continua a emocionar e surpreender a cada página.
VALERIA
— ¡Vale! – caminando rumbo al gimnasio de entrenamiento, escucho a mi espalda la voz apresurada de Juliette, la doncella que siempre ha sido agradable conmigo.
— Hola, Jul… ¡espera mujer que te vas a ir de cabeza contra el suelo! – agarro la enorme cesta de ropa que lleva y en su carrera, casi rueda dentro de ella.
— Uf, es que pensé que no me escucharías, ¿cómo sigues de tus dolores? – pregunta mirándome por todos lados
— ¿Dolores? – no entiendo nada.
— Sí, la Gobernanta me dijo ayer cuando pregunté por ti que te sentías mal y te habías retirado a tu habitación, ¡te perdiste lo menor Vale! – grita entusiasmada y luego mira de un lado al otro del pasillo para acercarse a mí, susurrante.
Me tenso un poco por su cercanía, siempre creo que la gente va a criticar mi rostro lastimado, pero a Juliette, eso no ha parecido importarle nunca.
— Te cuento, ¡su majestad ayer estaba hecho una fiera, se armó un escándalo en su piso con esas mujeres que escogiste! – sus ojitos brillan llenos de chismes al contarme.
— No querían marcharse y le armaron toda una rebelión, su majestad las sacó a rastras y las arrojó desnudas delante del castillo con indiferencia, ¡qué vergüenza, todos los mozos les estabas silbando por las ventanas y ofreciéndoles dinero por una noche!
— El servicio entero salió a verlas llorar y gritar como unas locas. Déjame decirte que cuando comenzaron a insultarte su majestad al fin reaccionó y les dio un rugido, que una de ellas se hizo hasta pis.
— Se callaron enseguida como si tuviesen cosida la boca y se las llevaron en la carreta de sacar la basura, ¡ay no, que risa! – y comenzó a reírse de lo lindo del mal momento de esas mujeres.
— Oye, qué lástima que te perdiste eso, pero vele el lado positivo, ya te libraste de limpiar sustancia de la que suelta la vaca – me dijo guiñándome un ojo.
Recordé lo que hice en el bosque con el Rey, de rodillas frente a él y con la boca abierta.
Toda la sustancia del “vaco” Aldric, había ido a parar a mi estómago.
Tosí con incomodidad para disimular mis impuros pensamientos.
— Sí, la Gobernanta me dijo que ya no tendría que hacer la selección – le respondí mientras ambas habíamos echado a andar por el pasillo, hablando en voz baja.
— Oh, a la Gobernanta la pusieron como la frazada de limpiar el baño de los hombres, el Rey la llamó al salón del trono y regresó con una cara de asesina en serie, peor que la de costumbre – me secretea.
Me imagino que fue por mandarme a escoger a esas mujeres.
Espero que la Gobernanta no me tome manía por eso.
— Bueno, gracias por preocuparte, estoy mejor – le respondo deteniéndome, supongo que eso de que me sentía mal fue para justificar mi ausencia en todo ese drama
— ¡Oye, eso es trampa! – gritó de repente uno de los lycans que peleaba.
Nunca lo había conocido, parecía más joven, de cabello castaño oscuro y ojos verdes vivos.
— Por eso no me gusta pelear con niñatos, al final siempre sales embarrado – el fortachón calvo respondió medio molesto y se separaron, empujándose ambos.
Entonces el Lycan más joven miró hacia donde yo estaba y fue como si viera los cielos abiertos.
Una mala premonición surgió en mi corazón.
— ¡Oye doncella, ven, ven acá, serás nuestra jueza, decidirás quién es el más fuerte!
— No, yo solo… ¡Espere! – pero subió las anchas escaleras en un dos por tres y me tomó de la mano para arrastrarme hacia el terreno de batalla.
— ¡Estás loco, Dave!, ¡¡suéltala ya!! – el gigantón Lycan le rugió en cuanto me vio bien.
Su cara llena de pánico, como si yo pudiese matarlo de un puñetazo, me hubiese dado hasta gracia, si no comprendiera que le temía a otra persona en realidad.
A un enorme lobo feroz, que aparecería en cualquier instante.
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