El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 47

Resumo de 047. "SILVER LAKE": El Rey Lycan y su Oscura Tentación

Resumo de 047. "SILVER LAKE" – El Rey Lycan y su Oscura Tentación por GoodNovel

Em 047. "SILVER LAKE", um capítulo marcante do aclamado romance de Hombre-lobo El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrito por GoodNovel, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de El Rey Lycan y su Oscura Tentación.

VALERIA

— Dígame si puede cumplir con esa condición o ahora mismo dejaré mi puesto Rey Aldric, yo no soy su prisionera – me le enfrenté por primera vez, levantando la barbilla y lista para resistir sus caprichos y egoísmo.

Sin embargo, Aldric solo se quedó mirándome fijamente, podía sentir todo su cuerpo tenso, como si estuviese luchando con un enemigo interior, resistiéndose con todo.

En sus ojos grises la bestia interior asomó con destellos rojizos como los ojos de su lycan.

— Está bien – al fin capituló dando un paso atrás, apretando tanto los dientes que pensé que los músculos faciales se le reventarían – Acepto, solo por ahora.

Responde y nos quedamos enfrentando voluntades.

Si alguien me dice que haría algo como esto un mes atrás, le diría que está demente.

— Necesitas estas ropas, no tienes qué ponerte, en esa manada las mujeres son muy snob, no quiero que nadie te señale. Solo imagina que son varios uniformes si eso te hace sentir mejor – me dijo y dio media vuelta sin esperar mi respuesta, para marcharse por la puerta como un torbellino, al igual que llegó.

Caí sentada en la banqueta al lado de la mesa, con las piernas blandas, pero orgullosa de mí misma.

Solo esperaba que las barreras en mi corazón aguantaran los asedios de su majestad.

*****

Al otro día partimos hacia la manada de “Silver Lake” en un carruaje que compartí con la mujer que siempre acompañaba al Guardián Quinn.

Afuera, a caballo, iba su majestad y Quinn llevaba el carruaje.

Sé que los trajo a este viaje, por el tema de los Altares y que el lycan Quinn parecía ser el único que podía descifrarlos.

Estaba incómoda, no solo por el silencio, sino porque sentía la mirada constante de esa mujer.

Ella tenía algo muy raro, no podía explicarlo bien, pero parecía diferente a los demás.

— En este viaje, manténgase lo más lejos posible de mi hermano.

— ¿Disculpe? – levanté la mirada de mi libro de costura cuando me habló en voz baja.

— Quinn, él es mi hermano y no quiero que tenga problemas con su majestad por su causa – me mira con unos frío ojos oscuros.

— Yo nunca le causaría ningún problema…

— El Rey está interesado en ti, no sé qué tipo de relación tienen, pero él siente celos de Quinn, creo que de eso te habrás dado cuenta, por favor, te lo estoy pidiendo en buena lid, aléjate de Quinn – su tono se volvía cada vez más hostil y me estaba molestando bastante.

— Solo soy la doncella del Rey y si el Guardián Quinn no se acerca a mí, tampoco lo buscaré, no somos amigos, ni nada por el estilo, así que ahórrese las amenazas. No tengo la intención de buscarle problemas a nadie – le respondo igual en voz baja, pero firme.

Es obvio que ninguna de las dos quiere que esta conversación se filtre afuera.

La mujer, que ahora estoy segura, es una rara Alfa hembra, se me queda mirando y sostengo su escrutinio.

Luego asiente y desvía la mirada hacia la cortina de la ventana.

Voy a bajar la cabeza para leer, pensando que esta incómoda conversación terminó cuando ella agrega.

— El Rey Lycan no te ve solo como su doncella, él nunca ha mirado a otra mujer con la intensidad que te mira o te trata a ti, aunque no te des cuenta, él siempre te está observando posesivamente. Los lycans, no comparten a su persona favorita con nadie.

— Pero ten cuidado, doncella Valeria, no importan los sentimientos que pueda sentir su majestad, la traición y la mentira, es algo que él nunca le perdona a nadie.

¿Dónde se ha visto que Rey ayuda a su doncella a bajar del carruaje como si fuese su pareja?

Pero resignada, agarré su mano y bajé por las escalerillas, apretando la pesada capa que me cubría el cabello y ocultaba algo mi rostro.

— Estamos cansados del viaje, así que agradecería que me llevase a donde nos quedaremos – sentí la presencia de Aldric cubriéndome de las miradas curiosas, parado delante de mí y enseguida el Alfa nos hizo subirnos a carros de manos llevados por mozos.

Al poder estar sola al fin, espié a través de las finas cortinas de gasa la vida en esta próspera manada.

El Rey tenía razón, todas las mujeres aquí andaban elegantes, maquilladas, con joyas, así que mis nuevos “uniformes” evitarían que pasara mucha vergüenza.

Después de transitar por las estrechas calles llenas de curiosos, y subir por una colina algo empinada, al fin llegamos a una hermosa mansión de piedra, la casa del Alfa.

Volví a descender, tratando de ser discreta, pegándome a la alta figura de Aldric, pero mis ojos vagaban por el hermoso paisaje.

Mientras Aldric hablaba con el Alfa y saludaba a su Luna, miré a los lejos a un niño y un hombre joven que parecían jugar en un parque sencillo junto al bosque de pinos.

El niño de que como 7 años se columpiaba de manera rara, no parecía poder mover bien las piernas.

De repente, el joven a su espalda lo impulsó muy fuerte a pesar de las protestas del niño y su rostro a punto de llorar.

Me llevé las manos a la boca ahogando un grito de asombro, cuando vi a ese hombre empujarlo a propósito tan fuerte, que el pequeño se soltó y salió disparado en el aire, cayendo sobre la tierra, impactando de frente en el suelo.

No contento, tomó el columpio de metal y cuando el niño se intentó incorporar lo lanzó a traición por su espalda.

La punta afilada del metal le dio al pequeño por detrás de la cabeza y cayó inconsciente en el suelo.

El olor a sangre comenzó a flotar en el aire.

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