El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 62

VALERIA

Nunca, ni en mis más remotas fantasías sexuales, imaginé estar siendo tomada por una enorme bestia de manera tan intensa, oscura y malditamente caliente.

Mi vientre se siente hinchado y abultado, mi vagina se estira a un límite doloroso para acomodar el nudo del gigantesco lycan que resopla y ruge a mi espalda, empujando su hombría hasta casi empalarme.

No tengo miedo, el deseo y un morboso placer recorren mis entrañas.

Lo quiero todo de él, deseo que me llene por completo con su esencia, que me tome hasta perder la cabeza.

Sin embargo, cuando sentí su lengua lamiendo mi nuca y sus caninos perforando mi piel, sí que tuve miedo.

Mi cerebro enfriándose de momento.

¡Aldric no me puede descubrir!, no puede saber las rarezas que habitan en mi interior o me repudiará.

No soy tonta, todas las pistas me llevan a pensar que tengo relación con el Reino Oscuro, no quiero perderlo, no quiero que de nuevo el hombre del que me he enamorado me odie.

En medio de tantas sensaciones placenteras convoco ese deseo visceral de ocultarlo todo, como cuando me fundo con la noche, oculto mi olor y presencia de los sentidos de los hombres lobos.

Todos los secretos de mi sangre, de mi interior, los oculto para él en un ataque de pánico y ruego a la Diosa porque Aldric nunca me descubra.

*****

ALDRIC

Abrazo a mi pequeño y lujurioso tesoro contra mi pecho sentado en la plataforma del Altar a la Diosa y Valeria desmayada contra mi pecho, a horcajadas sobre mis muslos mientras espero que mi nudo ceda.

Lo hemos hecho varias veces y cada una ha sido más increíble que la anterior.

Mi cuerpo entero vibra satisfecho al estar con esta hembra que me desafía y me provoca, que hace realidad cada una de mis oscuras y bestiales fantasías.

Acaricio el cabello sudoroso pegado a su piel brillante como la luna sobre nosotros, besando sus párpados temblorosos y las pestañas húmedas, porque al final sí que terminó llorando de placer.

Valeria es increíble, no sé cómo pude pensar por un segundo en dejarla ir y no darle la oportunidad a este amor que se desborda de mi pecho.

“Porque eres un idiota, no importa que hayan pasado siglos, hay cosas que solo han empeorado” escucho la voz interior lobuna y ronca de mi lobo espiritual.

“Azarot, no empieces, sabes muy buen mis motivos, recuerda que en primer lugar, fuiste tú quien decidió encerrarse por voluntad propia”

“¡Ya lo dijiste maldit0, voluntad propia, no porque te saliera de los cojones luego mantenerme prisionero! Mientras ella no estuvo preferí no ver lo que hacías en esas asquerosas orgías para rellenar tu soledad, Aldric, pero una vez que apareció nuestra mate ¡¿cómo pudiste pensar en alejarla malnacido?! ¡ELLA ES MÍA!”

Me insulta de todos los colores, como de costumbre, con su mal genio y lo dejo despotricar mientras me concentro en la deliciosa sensación de abandonar el cuerpo de mi mujer.

Gime contra mi pecho cuando mi miembro semierecto sale de su caliente funda que destila parte de mi deseo goteando al Altar Lunar.