Resumo do capítulo 069. UN ESPÍA EN LA OSCURIDAD do livro El Rey Lycan y su Oscura Tentación de GoodNovel
Descubra os acontecimentos mais importantes de 069. UN ESPÍA EN LA OSCURIDAD, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance El Rey Lycan y su Oscura Tentación. Com a escrita envolvente de GoodNovel, esta obra-prima do gênero Hombre-lobo continua a emocionar e surpreender a cada página.
THANE (El hechicero que acompañaba a Darius, el General Vampiro)
Nunca había tomado una decisión tan acertada en mi vida.
Los métodos tan extremos de Darius no me gustaban, pero solo podía seguir sus órdenes.
Él era quien mandaba así que forcé más de su poder vital dentro del cuerpo ya débil de ese cachorro, sabiendo muy bien que no sobreviviría a esa invasión tan agresiva.
Escuché toda la traducción del Altar de la boca de esa rara mujer, porque mi magia actuaba como mediadora en el cuerpo del chico.
Cuando llegó el momento de la pelea, me quedé en la cripta para sostener el hechizo de los portales por donde los hombres del General Darius pasaron para luchar.
Todo se fue a la mierd4 en un segundo y a pesar de no estar físicamente en el sitio, igual temblé de miedo al “observar” todo mediante mi magia de sombras.
Mi mente trabajando a mil, el General estaba muerto y nadie había sobrevivido, ¿quién carajos era esa mujer?
No lo sabía con exactitud, pero si entendí algo muy rápido, el Rey Vampiro estaría interesado en saber todo lo que sucedió aquí y había una vacante para General, que quizás podía llenar.
Me paré delante del último pasaje, escondido en una esquina que no habían detectado.
Las dos mujeres estaban débiles y el mayor peligro desmayada, podía atacarlas ahora, pero entonces comenzaron a escapar.
La loba se llevaba a la otra como queriéndola proteger de algo o de alguien.
¿Escapar de qué o quién?
Un rugido salió de alguna parte a lo lejos, haciéndome estremecer de miedo.
No lo pensé ni un segundo más, esa mujer que asesinó al General era importante, no solo por su poderosa transformación, sino porque podía leer los Altares, si el Rey Lycan la descubría podía asesinarla.
Debía borrar la evidencia de lo que sucedió aquí, ya más adelante, si vivía, podía ser capturada.
Tomé el riesgo de pasar a través del portal hacia el sótano y en unos segundos abrí mi pequeño morral y saqué del frasco los insectos encantados con llamas mágicas.
Arrasaron con los cuerpos, reduciéndolos a las cenizas y quemándose a sí mismos en el proceso.
Respeté el cadáver del niño para limpiar un poco mi consciencia.
Corrí de nuevo hacia el pasaje lleno de sombras y me arrojé a su interior, cerrándolo para siempre.
Sudando y temblando de miedo porque lo sabía, me demoraba un instante más y Aldric Thorne iba a agarrarme las piernas para hacerme trizas.
Debo escapar de estas maldit4s tierras, he gastado mucho de mi magia, necesito llegar como sea hasta su majestad y darle la buena noticia.
*****
CELINE
Esto era una completa locura, lo sabía muy bien, yo que siempre analizaba los riesgos y beneficios, había actuado por puro impulso.
Era obvio para todos que el Rey tenía favoritismo por su doncella, incluso pude olerlo en el cuerpo de ella, parecían haber tenido sexo, pero eso tampoco era algo escandaloso en Aldric.
Sin embargo, al verlo abrazándola contra su pecho, sentado en el suelo desesperado, haciéndose una herida para darle de beber y suplicarle con palabras de amor, me trajo otra de las sorpresas del día.
— ¡Espere, su majestad, su sangre es tóxica para ella! – reaccioné al darme cuenta de ese detalle.
— No, Valeria puede beberla, no le digas a nadie— me habló con voz fría sin dejar de mirarla y alimentarla.
La doncella del Rey empezó a reaccionar y tragar del poderoso líquido vital del lycan.
No me asombra que ella pueda alimentarse de Aldric, nada ya me asombra de Valeria.
¿Qué tanto sabrá el Rey de las rarezas de su amante?
Los miro con disimulo en lo que arranco unas enredaderas para tapar mi desnudez, su majestad se inclina y la besa en la frente para luego susurrarle algo al oído.
Definitivamente, el Rey cruel e indiferente de los hombres lobos, ha caído bajo el hechizo de esta poderosa y oscura hembra.
Ahora que pienso en todo lo que sucedió, el nerviosismo comienza a invadirme, enseguida le digo a mi hermano mi localización, observando mi entorno.
Una ráfaga de aire me hace tensarme, a penas y me da tiempo de reaccionar cuando soy sostenida por el cuello contra un árbol.
— Su… Su majestad… — todo mi cuerpo tiembla de miedo y la sensación de asfixia aparece nuevamente.
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