El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 88

VALERIA

— ¿Espectros? ¿Por qué no lo han reportado a los Guardianes para que vengan a echar un vistazo? – Aldric lo interrogó con frialdad.

— Es que, es que hace años no aparece ninguno, pero en nuestra manada hay una historia que dice, que a los que se aventuran a este sitio les cae una maldición y son marcados por espectros para morir más tarde, así le sucedió a un matrimonio, buenas personas, miembros de la manada.

Dice con la cabeza baja, apesadumbrado y tengo el presentimiento de que habla de mis padres.

— Ellos encontraron a un bebé abandonado en este bosque, dijeron que en ese Altar, ¡¿se imagina, qué bebé puede haber sobrevivido aquí?! Le advertimos varias veces que no lo llevaran a la manada, que esa niña tenía cosas raras, no nos hicieron caso, al cabo de unos años, murieron destrozados por un espectro y solo sobrevivió ese engendro.

Apreté los puños ante su historia, tenía el impulso de insultarlo y defenderme, pero Aldric se me adelantó.

— ¿Entonces usted hubiese dejado a una bebé morir en el bosque solo por miedo? – Aldric lo interrumpió casi gruñendo, su aura superior llena de ira, desafiando al hombre que tembló con mayor fuerza.

— No, yo no, solo le advierto de los monstruos, no…

— ¡Ya cállese y lárguese de una maldit4 vez! ¡Hay que ver quiénes son los monstruos aquí, no se aparezca más frente a mi cara durante el tiempo que estoy en esta manada de mierd4! – le rugió y el hombre se fue corriendo.

Una mano grande y cálida agarró la mía llevándome por el sendero de piedra hacia el interior del bosque, seguidos por Celine y Quinn que se mantenían en silencio.

“¿Eras tú esa bebé, cierto?”, me preguntó de repente sorprendiéndome.

“Sí, era yo”

“Tú no eres ningún engendro, eres mi amada hembra, agradezco a tus padres de buen corazón por haber salvado mi oportunidad de ser feliz” se inclina mientras caminamos y me besa la coronilla, incluso tengo algo de esperanzas, pero entonces…

“Alguna desgraciada loba de seguro te dejó abandonada en este bosque, ¿cómo van a culpar a una niña inocente del ataque de un espectro? Idiotas descerebrados. No tengas miedo, en cuanto terminemos esto de los altares, buscaremos una solución para tu maldici0n, ya hay alguien rastreándome a una de esas brujas polizones”.

Suspiro sin responderle. Aldric, no tengo miedo de los espectros, ellos son los que me deben temer a mí.

Encontramos el Altar y en realidad estaba tensa, Quinn me miraba con disimulo y Celine estaba alerta a todos lados.

Ese es nuestro código, en realidad me pregunta si ya descifré el mensaje.

Voy a responderle, pero unas marcas en una esquina media oculta, llama mi atención.

Estiro los dedos y despejo el musgo, mi corazón da un vuelco al encontrar mi nombre en unas letras escuetas grabadas en la misma piedra, parecen no formar parte de la escultura original, de hecho, no es exactamente el mismo lenguaje antiguo, pero, aun así, lo comprendo también.

“Mi pequeño cuervo, si llegaste hasta aquí, es porque todos mis esfuerzos rindieron fruto, no reveles la información de este Altar a nadie todavía, confía en tu vieja nana, Valeria. Los cuervos pronto te llevarán hacia mí”

Trago el nudo en mi garganta y las lágrimas de repente queman en mis ojos, intento disimular porque Celine ya me mira con el rostro interrogante.

Ni siquiera sé por qué me he puesto así, tan triste y llena de nostalgia, no sé quién escribió esas palabras que desentonan por completo con este monumento.

Sé que es algo tonto confiar en una frase desconocida que puede ser una mentira, una trampa, sin embargo, todos mis instintos me gritan que le haga caso.

Mi pequeño cuervo, alguien, alguna vez, me llamó así.