El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 9

Resumo de 009. SÉ QUE ME DESEAS: El Rey Lycan y su Oscura Tentación

Resumo de 009. SÉ QUE ME DESEAS – El Rey Lycan y su Oscura Tentación por GoodNovel

Em 009. SÉ QUE ME DESEAS, um capítulo marcante do aclamado romance de Hombre-lobo El Rey Lycan y su Oscura Tentación, escrito por GoodNovel, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de El Rey Lycan y su Oscura Tentación.

VALERIA

— Mmmm— me mordí el labio inferior para no gemir alto cuando unos sexis y largos dedos comenzaron a acariciar mi clítoris, justo al inicio de mi vulva, a provocarlo bien rico, haciéndome estremecer de placer y arquear mi espalda.

Hace mucho tiempo que no tenía sexo y las pocas veces con Dorian, él era de penetrarme y ya, nada de juegos o preocuparse por mis deseos, nada que ver con el fogoso y salvaje lycan sobre mí.

— Abre más las piernas, voy a montarte – me ordenó de repente con esa voz que parecía más un animal.

Sin embargo, su orden fue lo que me puso algo sobria.

Sobre todo, cuando se incorporó un poco y lo sentí tomando su dura polla, restregando la húmeda punta entre mis muslos cerrados y mis nalgas, buscando el camino hacia la entrada de mi coño excitado.

— Nn… no… — logré articular entre jadeos y escuché su resoplido molesto.

Un tirón no muy doloroso en el cabello me hizo elevar más la cabeza, mis codos temblaban aguantando el peso de la mitad de mi cuerpo.

— ¿No era esto lo que querías, lo mismo que todas?, ¡que te follara! – gruñe enojado y sus palabras son todo lo que necesito para salir de esta burbuja de vino y placer donde me había metido.

— ¡NO!, ¡no quiero! – respondo con firmeza y toda mi calentura se enfría de golpe – No lo drogué, no quiero tener sexo con usted, ¡por favor su majestad, reaccione!

— ¡Mentirosa!, puedo oler tu lujuria, me deseas mujer, tu olor me está volviendo loco, no me puedes engañar, Valeria, ¡deja de fingir y abre las piernas de una vez! – ruge impaciente.

Me toca de nuevo intentando volver a donde estábamos, pero sus propias palabras mataron ese momento.

Lucho, esta vez en serio, con todas mis fuerzas, resistiendo e intentando salir de su dominio.

— ¡Suélteme, suélteme ya! ¡No quiero!, ¡NO QUIERO! – le grito enloquecida, retorciéndome bajo su poderoso cuerpo y lo siento quedarse congelado sobre mí.

Me preparo para ser asesinada de una vez, nadie le dice que no al Rey Aldric, pero el peso sobre mi espalda cede y escucho el sonido de cadenas alejándose.

— Márchate entonces Valeria – es la voz del Rey que se oye esta vez, parece que ha logrado obtener algo de autocontrol.

— Su majestad, yo no le di nada… — me giré cerrando con manos temblorosas el camisón rasgado y encogiendo las piernas para protegerme.

— ¡QUE TE MARCHES DE UNA PUTA VEZ O TE VOY A VIOLAR QUIERAS O NO! – un rugido poderoso que estremece las paredes hace que el corazón me salte de miedo en el pecho.

Me levanto rápido con torpeza, tropezando, las piernas como gelatina, pero me las arreglo para salir corriendo y subir las escaleras sin mirar a la oscuridad donde se oculta la bestia más peligrosa de este castillo.

Llegué a su cuarto, pero no me detuve hasta llegar a la habitación del comedor.

Parece que su intención es internarse en el bosque lleno de niebla y oscuridad que rodea la manada.

De un momento a otro se gira hacia el castillo y juraría que sus ojos rojos bestiales me atraviesan, logrando que cada parte de mi cuerpo tiemble de miedo.

Mis dientes castañean, incluso estando a esta distancia de diferencia.

Ruge su advertencia, su ira, ni siquiera sé por qué sigo viva y me pregunto cuánto tiempo durará su misericordia.

El Rey Lycan se interna corriendo dentro de la oscura neblina.

Él piensa que lo envenené con algún afrodisiaco, si solo comió de la comida que le serví, es obvio que alguien aprovechó mi segundo de descuido para jugármela.

No sé por qué se marchó, pero cuando regrese, aunque me crea que no fui yo, de seguro querrá mi cabeza por mi equivocación, como mismo le hizo a esa mujer que cayó a mis pies desde el primer día.

Aprieto mi camisón raído con fuerza al punto de poner blancos mis nudillos, debo tomar una decisión.

Me giro y corro hacia mi habitación presa del pánico, no me quedaré aquí esperando a morir.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Rey Lycan y su Oscura Tentación