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La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 158

El ambiente en la sala de juntas del Consorcio Alcázar era gélido.

Los miembros de la junta directiva, hombres mayores acostumbrados al éxito y al poder, estaban sentados en un silencio sepulcral.

Todas las miradas estaban fijas en la pantalla gigante que dominaba la pared.

En ella, una gráfica de color rojo sangre caía en picado, en tiempo real.

Era el valor de las acciones de InnovaDrive.

Habían perdido el noventa por ciento de su valor en menos de una hora.

Doscientos millones de dólares, evaporados en el aire.

Alejandro Alcázar estaba de pie a la cabecera de la mesa, su rostro era una máscara de furia contenida.

Por primera vez en su vida profesional, estaba perdiendo el control.

Y lo estaba perdiendo en público.

Valeria estaba sentada a su lado, pálida y con las manos entrelazadas sobre la mesa.

—Esto es solo una reacción exagerada del mercado —dijo, su voz sonaba débil, desesperada—. La tecnología de InnovaDrive sigue siendo sólida. ¡Podemos integrar la tecnología! ¡Podemos adaptarnos!

Nadie la miró. Sus palabras se perdieron en el silencio tenso, irrelevantes.

Los directivos no la veían a ella. Veían al hombre que había aprobado la desastrosa adquisición.

En ese momento, la pantalla principal parpadeó, y el rostro severo de Armando Alcázar, el patriarca, apareció en videoconferencia desde Nueva York.

Su expresión era de una ira helada.

Fijó sus ojos en su hijo.

—Me has hecho perder doscientos millones de dólares antes del almuerzo, Alejandro.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

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