La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 73

En la mansión de los Solís, la fiesta estaba en su apogeo. Valeria Campos era el sol alrededor del cual giraban todos los planetas.

—¡Valeria, felicidades! ¡Qué casa tan increíble! —la elogiaba un empresario—. Alejandro sí que sabe cómo tratar a una reina.

—Es muy generoso —respondía ella con una modestia ensayada.

Un primo se acercó, su rostro iluminado por la emoción del chisme.

—¿Adivinen qué acabo de oír? El gran Dr. Benjamín Reyes está en la ciudad. ¡Y fue a la fiesta de los Elizalde!

Valeria rio, un sonido ligero y despectivo.

—Por favor. David Romero fue su alumno hace años. Seguramente fue solo por compromiso, para saludar. Un académico de su nivel no se mezclaría con esa gente por mucho tiempo.

Santiago Herrera, que estaba cerca, asintió en acuerdo.

—Probablemente ya se fue.

A unos metros, Fernando Beltrán escuchaba la conversación, con el ceño fruncido. La imagen de Camila, sola y digna en el club hípico, volvió a su mente. La humillación calculada de esta noche le revolvió el estómago.

—¿No vas a felicitar a la anfitriona, Fer? —le preguntó Santiago, dándole un codazo amistoso.

Fernando forzó una sonrisa.

—Claro. En un momento. Acabo de recordar que tengo que hacer una llamada importante.

Se disculpó y se alejó de la multitud bulliciosa, dirigiéndose discretamente hacia la salida. No iba a ser cómplice de esa crueldad.

De vuelta en el Hotel Marquis, el silencio era casi absoluto. Los pocos invitados que quedaban conversaban en voz baja, tratando de ignorar la desolación del salón.

David había vuelto a la mesa, su rostro era una máscara de calma. Camila lo miró, interrogante.