La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 188

El bar del Four Seasons era un santuario de lujo silencioso.

Luz tenue, sofás de cuero oscuro y el suave tintineo del hielo en vasos de cristal tallado. Era el tipo de lugar donde los hombres como Rodrigo Ibáñez venían a celebrar sus victorias.

Pero esa noche, Rodrigo no celebraba nada.

Estaba inusualmente silencioso, mirando fijamente el remolino de ámbar en su vaso de whisky.

Fernando Beltrán, sentado frente a él, lo observaba con una paciencia tranquila. No había dicho una palabra en casi diez minutos. Sabía que Rodrigo necesitaba procesar la tormenta que había estallado en su mundo perfectamente ordenado.

—La vi en las noticias —dijo Rodrigo finalmente, su voz era un murmullo ronco, desprovisto de su habitual arrogancia.

Fernando esperó.

—A Valeria. Saliendo del bufete de abogados. Parecía... rota.

Dio un sorbo a su bebida, un sorbo largo y amargo.

—Toda su vida, desmoronándose frente a las cámaras.

Fernando no dijo nada. Simplemente lo miró, sus ojos eran una invitación silenciosa para que continuara.

Rodrigo suspiró, un sonido pesado, lleno de un cansancio que iba más allá de lo físico. Dejó el vaso sobre la mesa con un golpe sordo.

—Fui un idiota, ¿verdad?

La pregunta no estaba dirigida a Fernando. Era una confesión. Una admisión que le costaba más que cualquier pérdida financiera.

—Creí cada palabra que dijo. La defendí. La puse en un pedestal. Pensé que era brillante, una víctima de las circunstancias.