La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 53

La presencia de Doña Elvira en la casa era como un cambio en la presión atmosférica, obligando a todos a alterar sus patrones.

Esa noche, el dormitorio principal ya no era una opción a evitar, sino una orden a obedecer.

Camila se duchó primero, tomándose su tiempo, posponiendo lo inevitable. Cuando salió del baño, envuelta en una toalla, se dio cuenta de su error. Había olvidado meter su pijama.

Maldijo en voz baja. Su única opción era una camiseta larga de algodón que usaba para dormir, guardada en uno de los cajones.

Esperó, escuchando el sonido de la ducha de Alejandro. Cuando el agua se detuvo, contuvo la respiración.

Salió del vestidor justo cuando él salía del baño, con una toalla anudada a la cintura y el torso desnudo.

Se detuvieron en seco, a pocos metros el uno del otro.

La camiseta le llegaba a medio muslo, dejando sus piernas al descubierto. El algodón húmedo se pegaba a su piel. Era una imagen íntima, sugerente, el clásico cliché de la "camisa de novio".

Los ojos de Alejandro recorrieron su figura, una chispa de algo indescifrable brillando en la oscuridad antes de que la enmascarara. Ella sintió que sus mejillas ardían.

Sin decir una palabra, pasó rápidamente a su lado, cogió unos pantalones de pijama del cajón y se encerró de nuevo en el baño.

Cuando finalmente se metió en la cama, él ya estaba acostado, de espaldas a ella, en el borde opuesto del colchón.

La cama era un continente de silencio helado, con una frontera invisible pero infranqueable entre ellos.

A la mañana siguiente, el aroma de la sopa de pollo de Doña Elvira llenaba el comedor.

—Para que empiecen el día con energía —dijo la matriarca, sirviéndoles a ambos un tazón.

Camila bebió un sorbo. El sabor era delicioso, pero extrañamente... potente.

Alejandro, que apenas la había probado, se inclinó hacia ella, su voz era un murmullo que solo ella podía oír.

—No te la bebas toda.

Camila lo miró, confundida.

—La abuela le puso algo —explicó él en voz baja, con un toque de humor sombrío en los ojos—. Un "remedio herbal" para fomentar la... reconciliación.

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