La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 71

El salón del Hotel Marquis Reforma resplandecía. Doña Inés, radiante en un vestido de seda color lavanda, recibía a los invitados con una sonrisa genuina. A su lado, Camila se sentía anclada, en paz por primera vez en semanas.

Isa llegó puntual, de la mano de un chofer. Llevaba un vestido precioso, pero su expresión era malhumorada.

—Mami, no tengo regalo —dijo en cuanto se acercó, su voz era un reproche—. Se me olvidó. Es tu culpa por no recordármelo.

—No te preocupes. Yo me encargué de eso —respondió Camila con calma, sin dejarse afectar por la pequeña acusación.

Llegó el momento de los regalos. La familia se reunió alrededor de una mesa adornada.

Camila se adelantó.

—Abuela, este es de parte de la abuela Elvira.

Le entregó una caja de una joyería famosa. Doña Inés la abrió y reveló un elegante broche de perlas. Era un gesto cortés, formal.

—Y este... —continuó Camila, su voz se volvió neutra—, es de parte de Alejandro.

Colocó las dos cajas de terciopelo azul sobre la mesa.

Cuando su abuela abrió la primera y vio el exquisito bordado de las cien aves, sus ojos se iluminaron de asombro. Al abrir la segunda y ver el brillo de las esmeraldas, un murmullo de admiración recorrió a los familiares cercanos.

Eran regalos espectaculares. Impersonales. Comprados con dinero, no con afecto.

—Y este es de mi parte —dijo Camila finalmente, entregándole la pequeña caja de madera que había comprado en el centro.

Doña Inés la abrió. Sus dedos, arrugados por el tiempo, acariciaron la plata labrada del juego de escritorio. Una sonrisa de pura delicia se extendió por su rostro.

—Ay, mi niña. Esto... esto es perfecto. Sabes exactamente lo que le gusta a esta vieja.