El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 113

VALERIA

Alcé mis ojos y contemplé el interior del mundo donde Umbros estaba encarcelado.

La sensación era horrible, como si toda la felicidad hubiese sido succionada en un vórtice de maldad.

Lo que parecía una isla flotaba más allá, lejos de nuestro alcance, y era lo único sólido en este sitio. Todo lo demás estaba cubierto por una niebla negra como la tinta, a lo lejos se veían truenos parpadear por entre nubes de tormentas y oscuridad.

Era como estar flotando en el vacío.

— Da el primer paso y llévanos a la isla lunar.

— ¿El primer paso? ¿A dónde? – le digo mirando hacia abajo, la sensación de vértigo me hizo de nuevo retirarme con rapidez.

— No seas idiota, vi que tenías alas de cuervo en tu lucha con el Rey Lycan, úsalas y no demores más el tiempo, vuela hacia la isla.

Cerré los ojos y convoqué el cambio, esperaba que funcionase, la verdad es que no podía controlarlo de manera tan fácil, sin embargo, la sensación de picazón comenzó en mi espalda y la incomodidad.

Mi vestido se rasgó un poco y enormes alas llenas de plumas oscuras batieron de manera poderosa, pero nunca las había utilizado para volar una distancia tan larga.

— Yo… nunca las he usado así, no sé si me puedan llevar al otro lado – confesé practicando los movimientos, recordando cómo lo hacían los cuervos.

— Solo existe una manera de saberlo… — me dijo trayendo una mala premonición a mi corazón.

Sin previo aviso la fría mano empujó mi espalda y grité al verme caer de bruces, batí mis alas desesperadamente, mis manos y piernas moviéndose hacia todos lados para estabilizarme y mi corazón latiendo desesperadamente y con miedo.

Al fin lo logré después de casi morirme del susto y me giré con ganas de insultarlo de todos los colores, sin embargo, me quedé con las palabras en la boca, viéndolo transformarse en una fina niebla que flotó por el aire para posicionarse a mi lado.

Me olvidaba que los vampiros también podían convocar la magia de los elementos naturales y que, además, este hombre había robado la poderosa sangre que me pertenecía.

Resignada a mi destino, batí mis alas, adaptándome a esta nueva y fascinante sensación, avanzando sobre el abismo hasta la isla con un poco de inestabilidad.

Cuando mis pies volvieron a tocar el suelo, suspiré aliviada, retiré las alas y él apareció en su forma corpórea a mi lado.

— Busca el sitio de descanso de las Selenias, puedo sentir su poder cerca, no demores, vamos, no podemos estar mucho tiempo aquí adentro – comenzó de nuevo a presionarme.

Miré el bosque frente a nosotros y avancé a ciegas nuevamente, solo guiándome por mis instintos y ese fuerte llamado que susurraba en mi corazón.

Miles de voces me llamaban y a medida que caminamos bajo las sombras de esos árboles oscuros y retorcidos se hicieron más y más fuertes, casi al punto de abrumarme.

Las ruinas de alguna edificación se presentaron cuando el bosque se despejó y se abrió a un claro.