Entrar Via

El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 121

QUINN

“Gabrielle, serás muy poderosa y yo solo soy un simple lycan, pero las cosas no siempre se harán como deseas”

Pensé mirando hacia ella y juraría que por un segundo se detuvo de su tortura y giró su cabeza a un lado, mostrándome su perfil, como si me hubiese escuchado.

Sin embargo, luego continuó torturando a ese hombre, que la verdad, no sabía ni cómo seguía vivo.

¿Acaso me hará lo mismo al enterarse de que somos mates?

Morir bajo las manos de esa hermosa mujer fatal no parecía tan malo.

*****

VALERIA

— ¡Aldric! – me levanté yendo a su encuentro, preocupada por sus heridas, sin embargo, me detuve casi a punto de tocarlo, mis dedos sucios temblando a solo centímetros de su pecho.

— Aldric… yo… lo lamento por engañarte… no sabía cómo explicarte lo que era… ni siquiera lo entendía… — las lágrimas comenzaron a caer solas de mis ojos.

Bajé mi mirada, sin atreverme a verlo, el mundo se caía a nuestro alrededor, pero no había nada que me pudiese herir más que su rechazo.

Ni siquiera entendía qué hacía aquí y sé que me salvó muchas veces, ¿pero eso quería decir que me aceptaba como era y podíamos seguir siendo una pareja?

Después de todo, llevaba incluso en mi vientre a su bebé.

Un dedo se posó debajo de mi barbilla y su presencia me rodeó protectora.

Su embriagante olor haciendo suspirar cada poro de mi cuerpo.

Mis ojos azules llenos de incertidumbre, se cruzaron con los suyos sumidos de tormentas, su ceño fruncido y de verdad, me preocupaba toda la sangre que salía de sus heridas, ambos éramos unos desastres, pero él se encontraba malherido.

— Lo único que no sé cómo perdonarte, es el hecho de que te hubiese pasado en algún momento por la cabeza, que yo pudiera hacerte daño – me dijo en un susurro, inclinándose sobre mi cuerpo y tuve que tragar el nudo de emociones en mi garganta.

— Yo también tuve la culpa, amor, yo me equivoqué mi hembra, mi odio no me dejaba ver más allá de mi nariz, pero tú me lo mostraste, Valeria, tú me mostraste la verdad, desde aquí.

Tocó el colgante en mi pecho, que se sentía vacío de magia.

Su mano se trasladó entonces por los harapos de mi vestido hasta posarse en mi vientre, acariciándolo lentamente, sentimientos de amor incondicional me llegaban a través de nuestro vínculo.

Él lo sabía, sabía que íbamos a tener una bebé.

De repente, imágenes de ese cuervo que actuaba raro brillaron en mi mente y claro, luego recordé que frente a mis ojos, Aldric cambió de un ave a un lycan.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Rey Lycan y su Oscura Tentación