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El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 127

QUINN

— Celine, ¿de verdad quieres hacer esta misión tan peligrosa sola? – le hablaba a través de la puerta del baño, mientras ella se preparaba para partir

— Sé que es importante, pero quizás a través de la magia puedan localizar a Beof.

— Hermano – salió de repente ya vestida y con el cabello oscuro recogido en una alta trenza, que caía por su espalda.

— Hemos luchado toda nuestra vida por encajar en un sitio, al menos yo, y te he arrastrado conmigo, haciéndote sentir también como un paria. Tú ya encontraste a tu mate y yo debo seguir buscando mi camino.

Subió la mano y la puso sobre mi hombro, mirándome con esa valentía innata en sus huesos.

— No importa lo que diga, no vas a ceder, ¿cierto? – suspiro tomándola por las mejillas y pellizcándoselas.

— De bebé eras tan linda y siempre me perseguías como una colita, ¿en qué momento perdí a mi obediente Celine?

Bufa haciéndose la enojada, sus orejas rojas delatan lo mal que sabe disimular cuando la elogian.

— Quédate aquí tranquilo cuidando a tu hembra, nada me sucederá, no es la primera vez que viajo de incógnito por el Reino Oscuro.

— Sí, pero esta vez es diferente, todo está convulso, la guerra interna entre hechiceros, híbridos y vampiros está a punto de estallar – le advierto frunciendo el ceño.

— Con más razón debo advertirle a Beof para que no se vaya a ver involucrado también, si no será un desastre. Además, ahora soy una Guardiana, tengo que hacer méritos – saca pecho, orgullosa.

Siempre se esforzó tanto para ser reconocida y Aldric por sus prejuicios tontos nunca le había dado su verdadero lugar.

La puerta es tocada de repente interrumpiéndonos.

— Es tu hijastra, ¿cuándo van a tener la conversación incómoda? – se inclina hacia delante y me susurra.

La palabra “hijastra” me hace estremecer de repelús.

“Porque sea la hija de mi mate no tenemos obligatoriamente que llamarnos así, Valeria y yo somos amigos, no importa la relación que tenga con Gabrielle”

Le digo en su mente, caminando para abrirle la puerta del cuarto de Celine.

— Oh, ya estás lista y Quinn, jeje, estás aquí… sí, claro… — Valeria esquiva mis ojos de manera antinatural, se nota que ya ha sido puesta al corriente.

— Me voy para que hablen a solas… — hago por marcharme.

— No, no, quédate, solo venía a despedirme de Celine – avanzan y se dan un abrazo.

Suspiro, al menos tranquilo de que mi hermana encontró una amiga con ese carácter tan “varonil” que tiene.

— Cuida a la cachorra, nada de andar de intrépida cazando espectros, ¿sí? – le dice a Valeria echándole la regañina.

— Sí, sí, señora – Valeria asiente sonriendo y le tiene agarrada las dos manos – Celine, me preocupa que te vayas sola, toma, esto lo preparé para ti, quédate tranquila.

De repente le baja la manga de la camisa, dejando el blanco hombro de Celine al descubierto.

Valeria coloca ahí su mano y esa magia de niebla oscura comienza a rodearla mientras recita un encantamiento.

— Aashsh – Celine gime de dolor.

— Lo lamento, el ardor pasará rápido – Valeria retira su mano, dejando grabada en la piel entre el hombro y clavícula de mi hermana, la forma de un cuervo, como un tatuaje en tinta negra.

— Aprendí a hacer esto, es uno de mis cuervos mensajeros, por aquí podremos comunicarnos, si te encuentras en cualquier apuro solo debes hacer esto… — y le explicó cómo activar esa magia

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