El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 133

VALERIA

— Ella es la legítima heredera al trono del Reino Oscuro, es una Selenia y la hija de Gabrielle la Piadosa – la Hechicera Blanca me presenta a la multitud reunida en la plaza, después de la reunión que tuvimos en privado con ella.

Nos encontrábamos sobre el escenario que utilizaba el jefe del pueblo.

Sus rostros cetrinos, llenos de pobreza y abandono me miran algo escépticos.

— Si ella era la heredera al trono, ¡¿dónde estaba metida mientras el Rey Vampiro acababa con el Reino?!

— Sí, incluso andaba con él, ¿qué nos asegura que no nos está probando para ver nuestra lealtad al Reino? Dices que está bien muerto, ¿acaso tienes pruebas o solo tenemos que creernos las palabras de una fulana? – gritaban todo tipo de reclamos, algunos de frente y otros ocultos detrás de los demás.

Un rugido se escuchó de repente haciéndolos callar a todos.

— ¡El que vuelva a cuestionar a mi hembra le arranco la lengua directo de la garganta! – la voz encolerizada de Aldric salió de mi lado, sabía que en cualquier momento estallaría de la ira

— ¡Yo soy el Rey Lycan y Valeria Von Carstein es mi mate, no tiene necesidad de usurpar el trono de nadie cuando es la Reina del Reino de los Hombres Lobos!

Proclamó ante los ojos asombrados de todos, estoy segura de que no conocían la identidad de Aldric, si muchos hombres lobos no lo han visto en persona menos estas personas.

— Pero…

— ¡¿Pero qué?! – miró desafiante a un hombre de la primera que enseguida dio un paso atrás con miedo y cerrando la boca

— ¿Acaso me vas a pedir pruebas también de que soy el Rey Lycan? Con gusto me transformo y te lo muestro en una pelea.

“Cálmate amor, tranquilo” tomé su mano a mi lado y se la apreté, halándolo hacia mí o esto terminaría en una carnicería.

“Estos malagradecidos parece que solo conocen el miedo y la intimidación, acostumbrados a estar bajo las botas del Rey Vampiro, parece que se han vuelto masoquistas”

Resopló en mi mente, abrazando mi cintura posesivamente y pegándome a su lado, mirándolos a todos con los caninos afuera y gruñendo bajo.

Sé muy bien que deseaba que regresáramos al Reino de los Hombres Lobos, pero simplemente no puedo hacer como el avestruz y ocultarme.

Iba a hablar para aplacar la atmósfera estancada cuando la Hechicera volvió a tomar la palabra.

— Reconozco que hemos pasado por momentos difíciles, cuando creíamos que nuestras plegarias a la Diosa no serían escuchadas, sin embargo, aquí está la solución – me señaló – Daria, ¿dónde está?