El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 137

ALDRIC

“Aldric, nuestra hembra… ¡que linda!, siempre ha sido hermosa antes mis ojos, pero ahora… espera, no, no, no, todos los machos la van a estar mirando, ¡llama mucho la atención!”

— Chicos, de verdad me estoy poniendo algo nerviosa aquí, por favor digan algo – Valeria nos dice titubeante, dando pequeños pasos con las manos entrelazadas frente a ella.

La piel de sus mejillas y frente se ven sanas y rosadas, esas cicatrices han desaparecido mostrándole a todos la hermosa belleza que es mi esposa.

Un sentimiento agridulce aparece en mi corazón, por supuesto que quiero que esté saludable, que recupere su seguridad, que nadie la mire y murmure que es rara, que ella se sienta bien, pero a la vez, es como si un tesoro que solo yo había descubierto, ahora se encuentra a la vista de todo el mundo.

“¡Azarot, reacciona, estás tonto con la boca abierta! ¡Acabemos de cambiar!, necesito decirle a nuestra hembra que siempre ha sido la más bella para nosotros”

“Aldric, dile que la amo como un lobo desquiciado y psicópata” al fin cede a regañadientes, suspirando, cambiando de sitio conmigo.

Abro todas mis emociones a Valeria, transmitiéndole el amor de mi lobo y el mío.

— Nena, no tengo palabras, Valeria, siempre has sido la mejor para mí, para Azarot – cambio a mi forma humana y la tomo de la mano para pegarla contra mi cuerpo.

Su corazón late con fuerza, acaricio sus mejillas y la beso luego en su frente.

— Ya siento celos, eres demasiado llamativa, no quiero que otros machos te vean.

— Pft, que tonto eres mi mate – se burla de mí sonriendo con esa boca sexy que me encanta

— En el pasado me veía así y me dejaron por otra mujer, no me creo tan especial, posiblemente antes me miraban más por mis cicatrices.

— ¡No te compares con esa zorra! – le digo enojado.

Ese maldit0 Alfa tenía el gusto en el culo, mira que comparar a esta hermosa pelinegra con sus ojos azules como el mismo mar, con esa rubia mustia.

— ¿La conociste? ¿A Sophia? – pone las manos en mi pecho y me pregunta curiosa.

— Si la conocí cuando fuiste capturada y no tienes que preocuparte por esa gentuza, ni esa manada. Lo supe todo Valeria y lo que le hiciste a ese hombre fue bien poco para lo que se merecía – la miré fijamente.

— Vengué tus agravios, con esa vieja arpía y desfiguré a esa cualquiera antes de asesinarla.

— Ella era su mate, yo fui quien de tonta se encaprichó con un hombre que nunca me amó…

— ¡No hables de él delante de mí!, ¡no tienes permitido pensar en ningún macho nunca, solo en tu Rey!

— ¡Aldric, aahhh… jajajajaj! – chilló cuando la alcé por la cintura, cargándola y corriendo hacia el agua para darnos un chapuzón, salpicando por todos lados.

El sol descendía por el horizonte, las aguas cristalinas del mar lamían tibias nuestras pieles mientras me internaba más profundo.

La hice abrir las piernas y enredarlas en mi cintura, tomándola con fuerza por las nalgas, sus deliciosos senos casi a la altura de mi cara y miré hacia arriba, fascinado, al hermoso rostro de la mujer que era mía para siempre.

De sus largos cabellos negros caía el agua salina, gotas que rodaban por mi curtida piel.

— Hazme el amor, mi lycan, tómame, solo tú me haces sentir que soy la mujer más hermosa y deseada del mundo – susurró seductora bajando sus labios y uniéndolos con los míos.

Abrí mi boca a su embriagante asalto, bebí de ese chocolate amargo que endulzaba mis sentidos.

Mis dedos se escurrieron por entre sus nalgas, acariciando ese caliente centro que dominaba mi voluntad, sondeándolo y dilatándolo con dos dedos, para que recibiera mi hombría que ya se erguía dura entre mis piernas.

Mi boca bajó por su blanco cuello mientras Valeria subía la cabeza y se entregaba al placer, hundiendo sus garras en mis hombros, arqueando su espalda, manteniéndose a flote.